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Nuevo León

Así llega el agua al Cerro de la Campana; día a día de un operador de pipa

Operadores de pipas de agua detallan cada paso de su día a día ante la crisis de agua en la zona del Cerro de la Campana, al sur de Monterrey.


Publicado el

Por: Ángel Medellín

MONTERREY, Nuevo León.- Ante la crisis de agua que enfrenta el estado de Nuevo León, existen héroes sin capa que son muy valiosos y pasan desaparecidos por la comunidad.

Se trata de los operadores de las pipas, quienes día a día transitan por caminos peligrosos, calles reducidas, cargando miles de litros de agua.

En esta ocasión acompañamos a Pablo Rangel, trabajador de Servicios Públicos de Monterrey, a uno de sus recorridos.

La ruta comenzó desde las instalaciones en la zona sur de Monterrey, muy cerca del parque Canoas, y antes de salir se dispuso a revisar su unidad.


Ante de salir tenemos que checarlo niveles de aceite.


Después de ser revisada la pipa de agua, subimos a la unidad y emprendimos un viaje hacia una de las colonias afectadas por la crisis del agua.

En el trayecto, Pablo Rangel manejaba a paso lento, pues con la pipa de diez mil litros de agua se hace pesado el andar del camión.

Pasaron algunos minutos y llegamos a la colonia México, justo en la entrada del Cerro de la Campana, el reto apenas comenzaría.

Pablo tuvo que realizar algunas maniobras para poder ingresar a la angosta calle.


Es muy difícil entrar a estas calles, pero sí podemos subir.

Pablo Rangel

Trabajador de Servicios Públicos de Monterrey


Mientras subíamos la pipa que operaba este hombre ya había sido divisada por vecinos, quienes rápidamente corrieron la voz y comenzaron a seguirla hasta el punto donde se estacionaría.

En una pronunciada pendiente, un poco antes de llegar a la parte media del cerro logró llegar, mientras preparaba las mangueras comenzaron a hacer una fila habitantes del sector.


Ya llevamos un rato sin agua, me avisaron y me vine con mi tina. Son accesos complicados y sabemos que hasta cierto punto suben.

Doña María

Vecina del Cerro de la Campana

Otra vecina llegó desde lo más alto del cerro, se trata de María Magdalena.


Yo llevo un mes esperando el agua, la pipa no llega hasta allá arriba, el acceso está muy difícil.

María Magdalena

Vecina del Cerro de la Campana

Así comenzaron a llegar más y más personas, en su mayoría mujeres, quienes al llenar sus botes con agua ahora el reto era subirlos hasta sus domicilios.

Caminaron por la calle Octava Avenida para después seguir por una pronunciada pendiente, por algunos momentos cada una de las mujeres descansaba, pues el peso de los botes con agua hacía más difícil llegar hasta sus casas.


Yo vivo hasta mitad de cerro y se me hace bien pesada la subida, llevo dos botes de diez litros cada uno.

Mireya

Vecina del Cerro de la Campana

En la meseta del cerro divisamos unas escaleras, decidimos bajar y localizamos un tubo, vecinos explicaron que ese tubo está conectado a una cisterna de diez mil litros que abastece al cerro.

Decidimos seguir el tubo, bajamos algunas calles hasta llegar a la cisterna, un pequeño cuarto en el que ya estaba siendo llenado por una de las pipas de Servicios Públicos.

En el sitio, una mujer habitante de la colonia, quien explico que a pesar de que se llena en unas horas, el agua no dura, pues se vacía en minutos para abastecer a 400 familias.


En llenarse tarda aproximadamente cinco horas, esa agua se bombea y vacía en tres horas y a los vecinos les dura quince a veinte minutos.

Catalina

Vecina del Cerro de la Campana


El trabajo de Pablo Rangel, operador de la pipa, ahí no termina, pues una vez que llena la cisterna tiene que regresar y abastecerse de más agua y esperar el llamado de sus superiores para saber cuál será la nueva ruta para llevar agua a la ciudad.

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